Me escribe Napoleón:
“El Colegio es muy grande, nos levantamos muy temprano, hablamos únicamente en inglés, te mando un retrato del edificio…”
Ya no robaremos juntos dulces de las alacenas, ni escaparemos hacia el río para ahogarnos a medias y pescar sandías sangrientas.
Ya voy a presentar sexto año; después, según las probabilidades, aprenderé todo lo que se deba, seré médico, tendré ambiciones, barba, pantalón largo…
Pero si tengo un hijo haré que nadie nunca le enseñe nada.
Quiero que sea tan perezoso y feliz como a mí no me dejaron mis padres ni a mis padres mis abuelos ni a mis abuelos Dios.
Salvador Novo
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